Daniel Sada, El lenguaje del juego (2011)

Esta es la última novela creada por el escritor mexicano antes de su muerte. En El lenguaje del juego, Sada presenta dos tipos de sueños: el americano y el mexicano. El primero implica la migración a Estados Unidos, para juntar suficiente dinero y poder vivir el segundo su sueño en México, que no obedece al deseo de tener lujos y comodidades, sino simplemente pretende llenar las necesidades básicas de un ser humano: tener una casa digna y una fuente de dinero que permita sostener sus costos de vida.

El personaje que recrea al migrante se llama Valente, como todos los valientes que se atreven a desafiar las reglas y cruzar la frontera esquivando balas, cruzando el desierto, sobrellevando la deshidratación y un sinfín de hostilidades. Valente quien ha pasado 18 veces la frontera para poder trabajar, sale de México con la expectativa de regresar algún día a su tierra, con dinero asegura en las manos. Al regresar, abre una pizzería para garantizarse ingresos mensuales. Pero se encuentra con que la tierra que había dejado atrás ya no existe. El país se ha llenado de carteles narcotraficantes y bandas criminales, que poco a poco se han ido asentando en el territorio fronterizo y reclutando jóvenes de la zona para sus ejércitos urbanos. El personaje se pierde entre ambos sueños, sintiéndose extraño en un país por no haber nacido ahí y en el otro, por no ser más el país en que nació, ni el que soñó.

La novela describe la realidad más actual del norte de México. Lo que pasa cuando un migrante decide regresar a su tierra, y su reencuentro con un lugar que le resulta tan desconocido, como la tierra del exilio, presentando de ese modo un retorno imposible de manera geográfica e imaginaria.

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